En 2023, un informe de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) prevé que la producción mundial de vino sea la más baja de los últimos 60 años. Esto se debe a la combinación de volúmenes de cosecha extremadamente bajos en el hemisferio sur, así como en algunos de los principales países de la Unión Europea. Se prevé un bajo volumen de producción en la Unión Europea. Italia y España registran un descenso significativo con respecto a 2022 debido a las condiciones meteorológicas desfavorables que provocaron avanzas en mildiu (enfermedad que afecta a la vid) y sequías. En este contexto, Francia se sitúa como el mayor productor mundial en 2023, con un volumen ligeramente superior a su media quinquenal. Las primeras previsiones de cosecha en Estados Unidos indican que el volumen de producción no solo será superior al de 2022, sino también superior a la media observada en los últimos años. En el hemisferio sur, en tanto, se espera que los volúmenes de producción de vino estén muy por debajo de las cifras de 2022. Australia, Argentina, Chile, Sudáfrica y Brasil se vieron muy afectados por las condiciones meteorológicas adversas. La única excepción es Nueva Zelanda, el único país con un nivel de producción en 2023 superior a su media quinquenal, proyecta la OIV. Según los datos de 29 países, que en 2022 representaron el 94 % de la producción mundial, se estima que la producción mundial de vino en 2023 (excluidos jugos y mostos) se situará entre 241,7 y 246,6 millones de hectolitros (hl), con un valor medio estimado en 244,1 millones de hl. Esto representa una disminución del 7 % en comparación con el volumen ya por debajo de la media de 2022. Según las proyecciones para 2023, la producción mundial de vino rompería una tendencia estable registrada durante cuatro años consecutivos. Y se prevé que el volumen de producción de 2023 sea el más bajo desde 1961 (año con 214 millones de hl), incluso inferior al volumen de producción históricamente bajo de 2017 (248 millones de hl). Este escenario negativo puede atribuirse a disminuciones significativas en los principales países productores de vino en ambos hemisferios. Mientras que, en el hemisferio sur, Australia, Argentina, Chile, Sudáfrica y Brasil registraron variaciones interanuales de entre −10 % y −30 %, en el hemisferio norte, Italia, España y Grecia son los países que más sufrieron las condiciones meteorológicas adversas durante el último período vegetativo. Solo EEUU y algunos países de la UE, como Alemania, Portugal y Rumanía, registraron condiciones meteorológicas favorables que se tradujeron en volúmenes medios o superiores a la media. Una vez más, las condiciones meteorológicas extremas, como las heladas tempranas, las fuertes lluvias y la sequía, han afectado significativamente la producción del viñedo mundial. Sin embargo, en un contexto en el que el consumo mundial está disminuyendo y las existencias son altas en muchas regiones del mundo, la baja producción prevista podría equilibrar el mercado mundial. En la Unión Europea (UE), se espera que el volumen de producción de vino (excluidos jugos y mostos) en 2023 sea de 150 millones de hl, lo que representa una disminución interanual de 11,2 millones de hl. En términos relativos, este volumen estimado es un 7% inferior al de 2022 y un 8% inferior a su última media quinquenal. En general, la producción de vino de la UE en 2023 representa el 61% del total mundial, una cifra en línea con la media de los últimos diez años. Si esta estimación se confirma en los próximos meses, este va a ser el tercer nivel de producción más bajo registrado desde principios de siglo en la UE, después de 2017 (141 millones de hl) y 2012 (148 millones de hl). Las estimaciones preliminares de la producción de vino en los países de la UE en 2023 muestran un escenario bastante heterogéneo. En este contexto, Francia se ha convertido en el primer productor mundial este año con una producción estimada de vino de 45,8 millones de hl, en línea con su nivel de 2022 y un 3% por encima de su última media quinquenal. La cosecha de este año puede considerarse relativamente abundante, a pesar de que algunas regiones registraron variaciones negativas con respecto a 2022. Este es el caso de Burdeos y Suroeste, que sufrieron las consecuencias del mildiu (enfermedad de la vid) y de Languedoc-Rosellón, que fue afectado por olas de calor y sequía. Se esperan volúmenes particularmente altos en las regiones de Coñac, Córcega y Champaña. En paralelo, el año 2023 se presenta complicado para la producción de vino en los otros dos mayores países productores de la UE. Italia registró una notable disminución en el volumen de su producción de vino en 2023, estimada en 43,9 millones de hl (−12 %/2022). Se trata de la menor producción desde la cosecha históricamente baja de 2017. Muchos factores pueden atribuirse a esta baja producción, en particular, las fuertes lluvias que provocaron el desarrollo de mildiu en las regiones centrales y meridionales. Además, parte del viñedo italiano se vio afectado por inundaciones, granizo y sequía. España mantiene su posición como el tercer mayor productor de vino del mundo, con un volumen estimado de 30,7 millones de hl, lo que representa una disminución del 14 % en relación con 2022 y una caída del 19 % en comparación con su última media quinquenal. Se prevé que el nivel de 2023 sea el más bajo de los últimos 20 años para el vino español. El bajo volumen de cosecha es consecuencia de una sequía severa y temperaturas extremas que afectan considerablemente a las vides. Se espera que Castilla‑La Mancha, la principal región vinícola, disminuya su producción entre un 10 y un 15% con respecto al año pasado.