Un estudio titulado “Uso de avispas como herramienta para restaurar la micobiota funcional de la vid y preservar el terroir micobiano” demostró que las avispas sociales pueden albergar una fracción significativa de la diversidad fenotípica de levaduras de un área determinada de producción de vino, permitiendo que diferentes cepas pasen el invierno y se apareen en sus intestinos. La integridad de la interacción ecológica avispa-levadura es de suma importancia para mantener la resiliencia de las poblaciones microbianas asociadas a los perfiles aromáticos del vino.  En la actualidad el potencial biotecnológico de la microbiota de insectos está siendo estudiado en profundidad ya que son múltiples sus usos. A lo largo de los años, los estudios han revelado que los insectos albergan una diversidad de microorganismos en su tracto digestivo, en su superficie y en otros tejidos. Los insectos sociales (como abejas, avispas, avispones y hormigas) juegan un papel fundamental en la propagación de microorganismos en el medio natural.  Uno de los objetivos de la investigación fue verificar si las avispas Polistes Dominula, criadas en laboratorio y alimentadas con una cepa rastreable de Saccharomyces Cerevisiae, podrían ser una herramienta útil para impulsar la dispersión controlada de levadura directamente sobre las uvas.  Algunos posibles beneficios de la dispersión controlada de levadura a través de insectos podrían incluir: -Fermentación espontánea natural: Los insectos pueden llevar levaduras naturales presentes en su entorno y depositarlas en las uvas, lo que puede resultar en una fermentación espontánea más natural y autóctona. -Contribución a la complejidad del perfil de sabor: Al utilizar levaduras autóctonas transportadas por insectos, es posible que se fomente una diversidad microbiana que contribuya a la complejidad del perfil de sabor y aroma del vino resultante. -Aumento de la diversidad microbiológica: La utilización de levaduras transportadas por insectos puede incrementar la diversidad de microorganismos presentes en el mosto, lo que potencialmente podría enriquecer el carácter y la complejidad del vino final. Actualmente es un conocimiento consolidado que las uvas pueden sufrir una fermentación natural incluso sin la inoculación de levaduras iniciadoras, gracias a la presencia, principalmente en las bayas dañadas, de levaduras fermentadoras, especialmente S. cerevisiae. Las abejas, las avispas sociales y la mosca de la fruta Drosophila pueden transportar levaduras fácilmente a las uvas maduras. Dado que S. cerevisiae está presente en el intestino de las avispas y las avispas se alimentan de uvas maduras, es razonable que las avispas perforen la piel de las uvas y transfieran levaduras naturales desde sus intestinos a las uvas partidas, manteniendo así la diversidad ecológica de la microbiota de la uva y facilitar el proceso de fermentación espontánea de la uva. En general, estos procesos son extremadamente importantes en términos de ecología de insectos y conservación de la diversidad genética de levaduras y tienen importancia potencial para la vinificación y las producciones biológicas y biodinámicas. La investigación deja demostrado que las avispas sociales pueden usarse como herramienta biológica para distribuir cepas de levadura seleccionadas en el campo. En un contexto agrotécnico, esto sienta las bases para múltiples aplicaciones, como la introducción de cepas específicas en un área controlada o la restauración de comunidades microbianas preexistentes perdidas debido a la actividad antropogénica. El estudio de la microbiota de insectos en viñedos está ganando importancia a medida que aumenta la conciencia sobre la importancia de prácticas agrícolas sostenibles y la producción de vinos de alta calidad. Algunas de las áreas en las que se ha investigado el potencial biotecnológico de la microbiota de insectos en viñedos incluyen:  -Control de plagas y enfermedades: Algunos microorganismos asociados con los insectos pueden tener propiedades antagónicas contra las plagas y enfermedades que afectan a las vides, lo que sugiere su potencial uso en estrategias de control biológico para reducir la dependencia de pesticidas químicos. -Fomento de la salud del suelo y de las plantas: Algunos microorganismos presentes en la microbiota de los insectos pueden promover la salud del suelo y de las vides al mejorar la disponibilidad de nutrientes, estimular el crecimiento de las raíces y aumentar la resistencia de las plantas a las condiciones estresantes. -Fermentación y perfil de sabor del vino: La presencia de ciertos microorganismos en los insectos que interactúan con las uvas y el entorno de los viñedos puede influir en la fermentación y en el perfil de sabor del vino. Algunos estudios sugieren que la microbiota de insectos podría contribuir a la diversidad de levaduras y bacterias presentes durante la fermentación, lo que podría afectar las características organolépticas del vino. -Sostenibilidad y conservación del ecosistema: Al explorar el papel de la microbiota de los insectos en los viñedos, se puede fomentar la implementación de prácticas agrícolas sostenibles que promuevan la conservación del ecosistema y la biodiversidad local. También existen desafíos y riesgos respecto a este método entre los que podemos nombrar la falta de control y consistencia teniendo como resultado fermentaciones menos controladas; contaminación con microorganismos no deseados que podrían afectar negativamente la calidad y la estabilidad del vino; y variabilidad en la calidad del vino de un lote a otro.   Fuente: https://www.nature.com/articles/s41598-023-43541-9