El Reglamento propuesto por la Comisión Europea sobre usos sostenibles de productos fitosanitarios establece un objetivo de reducción del 50% de productos fitosanitarios en toda la Unión Europea para 2030. En la búsqueda de estrategias ecológicas para reducir o sustituir los tratamientos químicos más habituales en viticultura se desarrollaron los siguientes proyectos de investigación: 1-Extracto de algas marinas invasivas El proyecto SEAWINES, liderado por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) e IFAPA, ha demostrado que un tipo de alga invasora activa y potencia los mecanismos de defensa de la vid. Si bien se necesita más investigación para corroborar lo que se ha observado en las pruebas de campo, el equipo es optimista sobre el futuro del extracto de algas marinas en la vitivinicultura. El proyecto tiene como objetivo utilizar macroalgas marinas. El uso de algas en la agricultura se ha vuelto cada vez más común en los últimos años, ya que se ha demostrado que beneficia a los cultivos en áreas como la germinación de semillas, el crecimiento y la salud de las plantas, la absorción de agua y nutrientes. En el proyecto SEAWINES se exploran los efectos bioestimulantes y fungicidas de dos algas: Ulva Ohnoi, cuyo potencial contra los hongos ya es conocido, y el alga invasora Rugulopteryx Okamurae, que es originario de Asia y está muy extendido a lo largo de la costa mediterránea. El efecto protector de este último “no ha sido analizado hasta la fecha, pero se están realizando numerosos estudios para examinar sus usos o aplicaciones. De hecho, cada año se extraen del Mediterráneo cientos de toneladas de algas y sería muy interesante aprovecharlas todas de alguna forma. Los resultados más positivos se obtuvieron con uno de los extractos producidos a partir del alga invasora Rugulopteryx Okamurae. Tras el tratamiento con este extracto, se observó cómo se producía un aumento en la expresión de genes resistentes y en la actividad de enzimas antioxidantes en la planta, entre otras cosas. En la microbiota de la superficie de la hoja también se pudo ver que algunos hongos que ayudan a la planta en el control biológico son más abundantes en las plantas que recibieron el extracto de Rugulopteryx. Los resultados no sorprenden ya que como es una especie invasora, es de esperar que tenga capacidades o cualidades que la ayuden a prosperar y también a desplazar a otras especies con tanta eficacia. SEAWINES es un proyecto de tres años y con el fin de obtener una medición lo más completa posible del potencial de las algas invasoras, ya se ha comenzado a trabajar en experimentos de campo para confirmar los resultados obtenidos en condiciones de invernadero. 2-Control de oídio en la vid mediante la aplicación de ozono El objetivo de Innozone es desarrollar una estrategia de control de oídio en la vid basada en el uso de agua ozonizada que hará que se reduzca el consumo de productos fitosanitarios. Todo ello, con el fin de elaborar vinos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. En cuanto a los primeros resultados, estos parecen indicar que el uso de ozono como único tratamiento antioídio es viable en variedades poco sensibles a la enfermedad, como Graciano. Además, el ozono parece funcionar en variedades más vulnerables, como lo es el Tempranillo. La introducción de imágenes procedentes de satélite está permitiendo mejorar sustancialmente las predicciones basadas exclusivamente con información meteorológica, de forma que durante el primer año ha sido posible predecir, con 8 días de antelación, tanto la incidencia como la severidad de oídio, con unas precisiones del 88% y 94% respectivamente. Los responsables del proyecto opinan que aún existe la necesidad de investigar en esta línea para adaptar la frecuencia de las aplicaciones del agua ozonizada y optimizar así las estrategias de tratamiento. En cuanto a los avances técnicos en el modelo predictivo de la enfermedad, cabe destacar que los resultados han sido favorables. 3-Confusión sexual para el control de la polilla del racimo En España el proyecto SIGIS se encuentra en su segunda temporada y tiene por objetivo el control preciso de la polilla del racimo mediante la combinación de trampas electrónicas, estaciones meteorológicas y aerosoles de feromona conectados a internet. El sistema consiste en que las trampas detectan en tiempo real la presencia de los insectos adultos, registrando el patrón de vuelo y enviando esta información a la nube. Al mismo tiempo, las estaciones meteorológicas y las propias trampas recopilan datos sobre la temperatura y humedad de las áreas de estudio. Toda esta información se analiza para determinar los patrones de desarrollo de la plaga y establecer un sistema basado en las capturas. La monitorización en tiempo real de la presencia de la plaga es crucial debido a que los insectos no están presentes de manera constante durante la temporada, sino que tienen diferentes generaciones, cada una con un impacto distinto en la cosecha. La cantidad de generaciones está relacionada directamente con la temperatura de cada zona. El aumento de las temperaturas está provocando que en áreas donde históricamente solo se desarrollaban dos generaciones, sea cada vez más frecuente detectar un tercer vuelo. Estos vuelos tardíos suelen ocurrir cerca de la época de la vendimia, momento de mayor riesgo de botrytis. El uso de trampas electrónicas ayuda a poder tener los datos de vuelo el mismo día, reduciendo la necesidad de ir a campo a realizar el conteo a mano, lo que ayuda a reaccionar de manera inmediata a la presencia de la plaga si es necesario. Existen en el mercado diferentes productos comerciales basados en difusores de feromonas, que podemos clasificar en dos tipos: difusores pasivos y aerosoles. Los difusores pasivos son los más comunes y están compuestos por un sustrato plástico que libera la feromona de forma constante, en función de las temperaturas. Por otro lado, los aerosoles son dispositivos electrónicos que liberan la feromona almacenada en garrafas presurizadas según un programa previamente definido. Ambos sistemas presentan limitaciones al no permitir adaptar la cantidad de feromona liberada a las necesidades específicas de cada viñedo, sin tener en cuenta factores tan relevantes como las variables climáticas, que influyen tanto en el desarrollo de la plaga como en el propio viñedo. Con el fin de superar estas limitaciones, el Proyecto SIGIS está aprovechando los avances en IoT (Internet de las Cosas) e inteligencia artificial (IA) para desarrollar un nuevo sistema inteligente de control de la polilla de la vid (Lobesia Botrana) adaptado a las características de La Rioja. Este innovador enfoque permitirá maximizar la eficacia del control de la plaga y contribuir a su prevención en un escenario de cambio climático. Fuentes https://www.tecnovino.com/proyecto-sigis-el-innovador-sistema-inteligente-de-gestion-de-confusion-sexual-para-el-control-de-la-polilla-del-racimo-en-vinedos-de-la-rioja/ https://www.tecnovino.com/innozone-el-proyecto-que-desarrolla-una-estrategia-de-control-de-oidio-en-la-vid-mediante-la-aplicacion-de-ozono/ https://www.vinetur.com/2023070674239/el-dificil-equilibrio-entre-sostenibilidad-y-viabilidad-en-la-viticultura-europea.html https://www.ehu.eus/en/web/campusa-magazine/-/invasive-seaweed-extract-stimulates-vine-defence-mechanisms