

Investigación y Desarrollo
¿Qué innovaciones y cambios se propone España para el producto vino en los próximos años?
4 junio, 2025
Lo que hace relevante a un producto es su capacidad para ofrecernos exactamente lo que buscamos. Por eso, tres elementos resultan clave para el vino: su diseño, su estilo y su calidad.
¿Qué desafíos está detectando España para el vino en los próximos años? Y una pregunta aún más importante: ¿Qué piensa hacer este jugador clave de la industria para adaptarse y enfrentar con éxito estos nuevos contextos?
Según un informe de la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV) de España, la vitivinicultura de este país se propone brindar un sistema inteligente de información y observación del sector que permita la toma de decisiones basada en datos, para impulsar la diversificación e innovación en nuevos productos vitivinícolas (ecológicos, sin alcohol, funcionales, Premium), con estrategias de marketing que conecten con las nuevas generaciones y tendencias de consumo saludable. Sobre estos objetivos generales, se plantea una agenda de trabajo e inversión enfocada en distintas áreas, en especial en cuanto al producto vino.
La Plataforma Tecnológica del Vino nace en 2010 con el objetivo de impulsar y establecer una estrategia común de I+D+i para el sector del vino en España, ya que, a pesar de ser el primer país en superficie de viñedo, el tercero en producción y uno de los cinco principales exportadores mundiales, el sector se encuentra aún poco estructurado y, a menudo, se invierten recursos en innovación de manera poco optimizada.
La PTV actúa así integrando a todos los agentes de la I+D+i del sector del vino, incluyendo bodegas, empresas de la industria auxiliar vitivinícola, grupos de investigación, centros tecnológicos e, incluso, asociaciones empresariales y otras instituciones públicas y privadas.
Sobre el producto “vino”, la PTV establece que “un producto es todo aquello que responde a las necesidades o deseos del consumidor. En el caso del vino, por ejemplo, no se trata solo de su color, aroma o sabor. También entran en juego aspectos más emocionales y simbólicos, como la marca, el origen, la historia que cuenta, las sensaciones que despierta o el valor social que transmite”.
Estos aspectos, señala el informe, se dividen entre factores intrínsecos (las características propias del vino) y extrínsecos (todo lo que lo rodea y le da un valor añadido). Lo que hace relevante a un producto es su capacidad para ofrecernos exactamente lo que buscamos. Por eso, tres elementos resultan clave: su diseño, su estilo y su calidad.
La combinación de estos tres factores es esencial para que una marca se mantenga competitiva en el tiempo. En el mundo del vino, esto se traduce en la necesidad de renovar constantemente los vinos existentes y lanzar nuevas propuestas que respondan a las expectativas del consumidor moderno.
Diseñar un producto no es tarea exclusiva de la bodega o del equipo técnico. También involucra a quienes toman decisiones financieras, a los departamentos de marketing y a los responsables de controlar la calidad. Hoy en día, el diseño debe ser el punto de partida, no una etapa posterior a la producción.
Porque el producto, en sí, comunica quién es la empresa y cuál es su compromiso con la calidad.
Además, el vino no se compra solo por su sabor. A menudo, forma parte de un estilo de vida. Puede transmitir sofisticación, exclusividad o pertenencia a un grupo. Consumir cierto tipo de vino puede hacer que una persona se sienta más especial, más segura o conectada con una identidad concreta.
Por eso, el vino también debe entenderse como un producto con un fuerte componente psicosocial o aspiracional, sostienen desde FTV.
Y como el mercado está en constante evolución, las empresas deben estar siempre atentas a las tendencias. Escuchar al consumidor, observar los cambios y adaptarse con rapidez es fundamental. Solo así se pueden crear productos innovadores que conecten con lo que la gente realmente quiere.
Sobre estos conceptos de base, la agenda de innovación e investigación de España en cuanto al vino como producto establece las siguientes líneas de acción para el período 2025-2027:
VALORIZACIÓN DEL VINO SIN ALCOHOL MEDIANTE EL FORMATO
-Nuevos diseños innovadores de productos sin alcohol y de baja graduación.
- Desarrollar un producto sin alcohol que permita elevar y disfrutar del vino como una alternativa “real y válida” al mundo del alcohol. Ofreciendo productos que el consumidor lo perciba como Premium o mejor ultra Premium.
NUEVOS ENVASES Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN DEL VINO AL MERCADO
-Acondicionamiento del vino para nuevos envases y formatos. Empleo de levaduras inactivas para productos tipo Petnat, empleo de nucleófilos para mejor conservación del producto, estudio de mercado de nuevos consumidores, etc.
-Desarrollo y ampliación del espectro de consumidores y de escenarios de consumo de vino en lata.
-Entender el mundo del envasado (packaging) como una oportunidad de acercamiento a un nuevo consumidor y diseñar un estilo de producto de acuerdo con este nuevo perfil de consumidor.
PERCEPCIÓN DINÁMICA DEL VINO Y MARIDAJE
-Estudios de los atributos percibidos durante el consumo del vino de forma dinámica, no estática, mediante la técnica sensorial conocida como TDS: “Temporal dominance of sensations”.
-Desarrollo de conocimiento científico en el mundo del maridaje gastronómico.
ESTRATEGIAS PARA INCENTIVAR EL CONSUMO DE VINO
-Reconceptualización del vino para potenciar una mayor aceptación entre los consumidores (blanc de noir, co-fermentación con variedades blancas, etc.).
-Nexo con el menor contenido de grado alcohólico de los vinos tintos, manteniendo la acidez y valorando o preservando su perfil aromático y sensorial.
-Promover la producción y consumo de otros vinos como por ejemplo los rosados y espumosos.
Accedé desde aquí al informe completo..
