En 2021, la producción mundial de vino blanco se estima en 130 mhl (millones de hectolitros), lo que representa el 50% de la producción total. El vino tinto, con 110 mhl, representa el 42% y el 8% restante es vino rosado, estimado en 21 mhl. En 2021, la producción mundial de vino tinto ha disminuido un 25% desde su pico en 2004, mientras que la producción de vino blanco ha aumentado un 13% desde su nivel más bajo en 2002.  Y como se puede observar en el gráfico, hay un quiebre y cambio de tendencias con la producción de vino blanco superando a la de vino tinto a partir de 2013, según un informe de la Organización Mundial de la Vid y el Vino (OIV). Argentina, como uno de los grandes países productores de vinos del mundo, ha sido testigo de un cambio estructural relevante en la composición de su producción de vino, afirma el informe de la OIV. Si a principios de los años 2000 el vino blanco representaba más del 60% del total elaborado y el vino tinto alrededor del 35%, en 2021 se invierten las proporciones para pasar a elaborar 31% de vino blanco y 66% de tinto. El vino rosado, por el contrario, muestra una trayectoria de crecimiento mucho más estable, oscilando entre el 2 y el 4% de la producción total a lo largo de todo el período. Argentina se mueve a contramano de la tendencia que marca la producción global de vinos en los últimos 20 años. Consumo En cuanto al consumo de vinos a nivel mundial, el panorama muestra que aun el tinto reina en el mercado, pero viene en declive desde el pico máximo alcanzado en 2007. Según los últimos datos disponibles en la OIV, en 2021 el consumo mundial de vino tinto alcanzó los 112 Mhl, lo que representa el 47% del consumo total de vinos. El blanco, por su parte, llegó a 100 mhl, lo que representa el 43% del total, dejando el 10% restante al vino rosado con 23 mhl. Desde que alcanzó su punto máximo de consumo en 2007, el vino tinto ha disminuido un 15% en menos de quince años. Por otro lado, el vino blanco ha aumentado un 10% desde su nivel más bajo en el año 2000. A diferencia de la producción, el consumo de vino blanco no ha superado al de vino tinto. Esto se debe a que la mayor parte del vino destinado a usos industriales (destilación, producción de vinagre, bebidas a base de vino, etc.) es blanco, advierte la OIV. Es importante señalar que el consumo de vino blanco se ha mantenido relativamente estable en el período 2000-2009 y ha crecido a un ritmo relativamente rápido a partir de 2010, impulsado por el éxito mundial del vino espumoso. El consumo de vino rosado ha aumentado un 17% desde su nivel más bajo en el año 2000.  Después de un rápido crecimiento en el período 2000-2007, el mercado del rosado se vio afectado por la crisis financiera mundial en el período 2008-2010; y comenzó a crecer nuevamente a partir de 2011, aunque a un ritmo más lento. A nivel doméstico, en el mercado interno, el consumo de vinos en Argentina muestra una mayoritaria participación del tinto. La importante disminución observada en el consumo de vino en Argentina entre 2000 y 2021, destacan desde la OIV, condujo no solo a una disminución en el volumen absoluto de consumo de todos los colores, sino también llevó a un cambio en la composición del consumo por color. Por ejemplo, en el año 2000 el vino blanco representaba el 46% del total, mientras que en 2021 representa solo el 26%. Por el contrario, mientras que el vino tinto representaba aproximadamente la mitad del consumo total en el año 2000, en 2021 se acerca al 70%. El vino rosado muestra una tendencia mucho más estable, con una cuota media del 4%. Para acceder al informe completo de la OIV, ingresar aquí.