En el marco de los festejos por el día del Vino Argentino, declarado como nuestra Bebida Nacional, en el Observatorio Vitivinícola Argentino analizamos lo que está sucediendo con nuestro vino en el mercado interno y de qué manera comienza a recuperar el terreno cedido en los últimos años. Incremento del consumo y de los despachos al mercado doméstico, nuevos productos y nuevas maneras de consumo y un territorio nacional en el que casi en su totalidad existen vides que dan vida a nuevas botellas, abren una ventana esperanzadora para la industria vitivinícola. Como todos los años, el 24 de noviembre los argentinos celebramos el aniversario de la declaración del Vino Argentino como nuestra Bebida Nacional, una mención que destaca nuestra identidad a través de un producto que reúne a hombres y mujeres, a lo largo de toda la Argentina, desde el viñedo hasta la comercialización. La Ley 26.870 refleja el valor cultural del vino y su rol en la identidad nacional, representando además beneficios directos a todos los productos y a cada actor de la cadena vitivinícola. Cada envase de vino transmite a los consumidores las características de cada región productora. Con esta declaración, el Vino Argentino Bebida Nacional, se afirma como alimento que se consume en el seno familiar, lo provee de una marca que expresa la importancia de la mesa compartida y se afirma como embajador de nuestro país. Mercado interno Las ventas de vino en el mercado interno durante setiembre, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, crecieron un 8,2% con relación al mismo mes del año anterior (más de 784.000 hectolitros). Mientras que en el acumulado del año (enero/setiembre) el crecimiento fue del 3% contrastando con el mismo periodo del año pasado. Otros envases Si bien la preferencia por el vino en botella sigue creciendo (10,8% más despachos con respecto al año anterior), aparecen otros envases, como el vino en lata, que llegó, al parecer para quedarse, ya que ha tenido gran aceptación entre los consumidores y son cada vez más las bodegas (más de 10) que adoptan este envase. En 2016, en el Observatorio Vitivinícola Argentino publicamos un informe “Diagnóstico integral del perfil de los consumidores argentinos de vinos” en el que según un estudio de la consultora Knack, el 41% de los compradores de vino afirmaba que lo compraría en envases alternativos si supieran que su contenido es de buena calidad. Además, el 25% probaría nuevos blends si los consiguieran en tamaños diferentes al de las botellas estándar. Pues bien, algunas bodegas recogieron el guante y comenzaron a ofrecer vino en lata. Si bien el desafío es alto, las bodegas que lo intentaron tuvieron respuesta positiva de parte de los consumidores. Y si miramos los números de Estados Unidos, la esperanza crece: durante 2018 el vino en lata incrementó sus números: 69% en facturación y 47% en litros con relación al año anterior. Vinos para veganos, tapones sustentables y corchos de origen vegetal en vinos de alta gama, marcas líderes de cerveza que lanzan su marca de vino (de uva), terminales de aeropuertos con winebars, nuevos envases, bodegas que innovan con variedades poco divulgadas y que apuestan fuerte para ofrecer a los consumidores algo distinto al Malbec, son solo algunos indicios para reconocer que el vino tiene larga vida, que puede lograr reinventarse y recuperar algunos de los puntos de consumo perdidos en los últimos años. Pero hay más: hace 20 años la superficie cultivada con vides en el territorio argentino la concentraban Mendoza, San Juan y un puñado de provincias. Hoy, la vitivinicultura argentina se extiende en 19 provincias, casi la totalidad del territorio nacional y la calidad del vino que ofrecen todas es alta, aún con condiciones de suelo y clima que, en algunos casos, son desventajosas. Las preferencias del consumidor Según un estudio de la consultora Kantar, solicitado por el Fondo Vitivinícola Mendoza y presentado públicamente en octubre de este año, el consumo de vino por hogar se redujo 3,5 litros entre 2015 y 2018.  Pero la buena noticia es que los números negativos, parecen haber quedado atrás. Según el mismo estudio de Kantar, en los últimos 12 meses 9,4 millones de hogares argentinos compraron vino y en promedio lo hicieron 21 veces en un año. En lo que va del año, el vino recupera consumo en los hogares de nuestro país y, siempre hablando de promedios, los argentinos, cada vez que compran vino, meten en el carrito 1,8 litros. Kantar revela que el vino tiene para crecer en todos los segmentos de ingresos y en todos los segmentos de precios. Pero también aclara que es importante la innovación que requieren los consumidores, el precio y que la industria entienda que debe extender el portafolios y los formatos para garantizar la accesibilidad del consumidor. Festejos con algunos logros institucionales La industria del vino se ha caracterizado por el trabajo en consenso y eso le ha permitido alcanzar algunos logros que de otro modo hubiera sido, cuanto menos, mucho más difícil y en algunos casos, imposible. Es bueno, en este marco de festejos, reconocer la institucionalidad y los logros de una vitivinicultura unida. Gracias a las gestiones de la Corporación Vitivinícola Argentina, la industria consiguió este año:
  • La eliminación de derechos de exportación (retenciones) para todas aquellas PyMES que exporten por encima de su promedio de exportaciones del año pasado.
  • La Promoción del Vino Argentino a través de la campaña de vino genérico “Inseparables” por la Televisión Pública Argentina (TPA) y la producción audiovisual “Voces del Vino” en la cual se visibiliza a todos los actores de la cadena vitivinícola, con entrevistas que van desde Jujuy a Chubut, destacando la diversidad regional de la cadena vitivinícola argentina.
  • La celebración del Día Mundial del Malbec en todo el mundo, junto a Wines of Argentina.
  • La Coviar, además, financia el Estudio de Mercado acerca del nuevo perfil de consumidor interno de vino argentino para que la industria en general pueda tomar las desiciones adecuadas para acercarse más al consumidor doméstico.
  • La creación y aumento paulatino del mínimo no imponible para el pago de los aportes patronales: para el sector vitivinícola en su conjunto puede estimarse un ahorro en el pago de contribuciones patronales de aproximadamente 2.000 millones de pesos por año.
  • La reducción de aranceles por importación -del 14% al 2%- de insumos y bienes de capital (tapones de corcho, cosechadoras y equipos de frío).
  • La oficialización del Protocolo de Calidad para Mosto y del Vino fraccionado para obtener el Sello Alimentos Argentinos y con ello el acceso a un 0,5% más de reintegro a la exportación y la posibilidad de participación gratuita en ferias nacionales e internacionales.
  • COVIAR junto con el Fondo Vitivinícola y la Agencia Nacional de Seguridad Vial firmaron un acuerdo para realizar campañas de educación y concientización con el objetivo de promover la conducción responsable y la educación vial.
  • La participación a través de los Centros de Desarrollo Vitícola en la Continuidad del Plan de Reconversión Vitícola durante 2019, financiado por la Provincia de Mendoza.
  • Las negociaciones internacionales con: la negociación Unión Europea – Mercosur, la negociación Canadá – MERCOSUR y la negociación Corea- Mercosur, con la presentación de la posición del sector vitivinícola para el acuerdo.
Más información sobre Vino Argentino Bebida Nacional La Ley que reconoce al Vino Argentino como Bebida Nacional no cambia el contexto, pero modifica el futuro del vino, ya que lo protege de posibles legislaciones restrictivas; lo afirma como alimento que se consume en el seno familiar; le asigna una marca con fuerza y lo erige en un gran embajador. La vitivinicultura argentina cuenta con más de cinco siglos de historia, integrando la tradición de los inmigrantes europeos y los saberes de los pueblos originarios para dar así lugar a la industria vitivinícola más importante de América del Sur. Argentina posee una superficie cultivada con vid de casi 220.000 hectáreas, repartidas en poco más de 24.000 viñedos, en 19 provincias, lo que representa el 3% de la superficie mundial y posiciona al país en el quinto lugar como productor de vinos en el ranking global. Más de 17.000 productores primarios se reparten de Norte a Sur del país y cosechan las uvas para que las más de 900 bodegas elaboren nuestro vino que llega a más de 120 países. Nuestra industria vitivinícola genera más de 106.000 puestos de trabajo de manera directa y 280.000 de forma indirecta.