Presentamos un informe elaborado por el Observatorio de ACOVI en conjunto con Servicios Cooperativos de Fecovita, el cual analiza algunos métodos existentes para la prevención y control de heladas, buscando cuantificar el costo en el cual debe incurrir el productor vitivinícola para llevarlos a cabo. Entre las principales conclusiones el informe señala que es importante que el productor agote los recursos disponibles para lograr atenuar la helada, de lo contrario queda más propenso a pérdidas en la producción. Para un productor de uva tinta común que pierde un 10% de la producción por una helada, el monto de dicha perdida equivale a lo que cuesta producir una hectárea vitivinícola. En este sentido, es importante para el productor conocer los distintos métodos que existen para la prevención y combate de heladas. Los mismos se pueden clasificar en dos tipos, aquellos que se llevan a cabo antes o durante la helada y requieren un consumo energético para su aplicación (defensa activa) y los que buscan disminuir el riesgo de que se produzca la helada a través de métodos preventivos (defensa pasiva). Los métodos de defensa activa resultan muy costosos para el productor vitivinícola, tornando inviable la práctica. Por su parte, si bien los métodos de quema de combustible a través de aceite y leña resultan más económicos que los demás, existe una tendencia a dejar de utilizarlos para el combate de heladas debido a sus elevados costos de operación, contaminación y generación de humo en el ambiente, el cual dificulta que el sol pueda calentar el suelo una vez que amanece. Los métodos de defensa pasiva son aquellas medidas preventivas, realizadas con la suficiente antelación a la ocurrencia de la helada, para que las plantas estén menos predispuestas a sufrir los daños del frío ya que las condiciones agronómicas de las parcelas son más benévolas. Entre ellos podemos incluir:
  1. Limpieza y riego del suelo
  2. Implantación de cortinas forestales o colocación de cortinas artificiales
  3. Poda “en dos tiempos”