La viticultura orgánica es el sistema de producción que mediante el manejo racional de los recursos naturales, sin la utilización de productos de síntesis química, produce uvas sanas y de calidad, manteniendo o incrementando la fertilidad del suelo y la diversidad biológica.

En Argentina hay 5.317,6 hectáreas de vid para uso industrial que se encuentran certificadas como orgánicas y en Mendoza hay un total de 3.602,1 hectáreas.

Según las estadísticas 2017 del SENASA, los vinos orgánicos elaborados en la Argentina son exportados en un 71% a la Unión Europea, 6% a Estados Unidos, 3% a Suiza, 2% a Japón en tanto que el 18% se distribuye en otros destinos del mundo.

Cantidad de tierras agrícolas gestionadas orgánicamente

Los resultados arrojados por una encuesta realizada a finales del 2016 por el Instituto de Investigación en Agricultura Orgánica (FiBL) muestra que las regiones con las mayores áreas de tierras agrícolas gestionadas orgánicamente son Oceanía con 27,3 millones de hectáreas o la mitad de las tierras agrícolas orgánicas mundiales, Europa con 13,5 millones de hectáreas (23%) y América Latina 7,1 millones de hectáreas (12%) seguido por Asia con 1,8 millones de hectáreas (9%), América del Norte 3,1 millones de hectáreas (6%) y África con 1,8 millones de hectáreas (3%). Los países con mayor cantidad de tierras agrícolas orgánicas son Australia (27,3 millones de hectáreas), Argentina (3 millones de hectáreas) y China (2,3 millones de hectáreas).



Viñedos orgánicos en el mundo

Según información de la misma encuesta del FiBL realizada en 2016, casi 380.000 hectáreas de uvas orgánicas existen en el mundo de un total de 7,1 millones de hectáreas, representando un 5,3% del total. Las mismas están destinadas a vinificación, a consumo en fresco y a pasas.

Turquía, con 13.961 hectáreas de uva con certificación, toma relevancia en el mundo de la vitivinicultura orgánica.

Argentina presentaba 2,8% del total de sus viñedos con certificación orgánica, Portugal 1,8%, Sudáfrica 2%, Chile 1,5%, China 2,4%, Estados Unidos 2,7%, Nueva Zelanda 5% y la Unión Europea 8,4%. España presenta más de 100.000 hectáreas de viñedos orgánicos, Italia más de 85.000 hectáreas y Francia más de 70.100 hectáreas, siendo que entre los 3 países representa, el 73% del total de viñedos orgánicos del mundo. Por su parte, China pronto se convertirá en el primer país en términos de superficie ya que tiene un alto porcentaje de sus viñedos en conversión.



Mercado mundial del vino orgánico

Alemania y el Norte de Europa tradicionalmente han liderado el consumo europeo. En la primavera de 2016, Suecia alcanzó el objetivo estratégico de tener 10% del total de sus viñedos orgánicos certificados, que se estableció inicialmente para 2020.

En Francia, en 2016, el mercado del vino orgánico representó € 792 millones, 18,2% más que en el año anterior. En Estados Unidos el consumo de vino orgánico aumentó entre 10% y 20% entre 2013 y 2016, de acuerdo a datos de la consultora Nielsen, pero sigue representando tan solo un 2% del total de ventas de vino.

En Australia la producción de uvas para vinos orgánicos aumentó 120% entre 2011 y 2014, alcanzando un valor de € 72 millones. Los vinos orgánicos y biodinámicos exportados desde Australia en 2016 fueron un nicho que generó en € 8 millones. En el Reino Unido, las ventas de cervezas, vinos y licores orgánicos representan alrededor de € 6,8 millones y aumentaron un 14,3% en 2016.

Principales Normas Orgánicas utilizadas para viñedos y bodegas

Para que un vino sea certificado como orgánico debe tener el 100% de las uvas certificadas orgánicas. Los niveles de sulfitos no pueden exceder el límite permitido por la norma y no se deben usar ingredientes producidos por métodos de ingeniería genética. Las uvas utilizadas deben estar certificadas bajo las mismas normas, con las que queremos comercializar el vino.

Algunas de las diferencias presentadas en las diferentes normas según el país son las dosis de uso máximo de SO2 durante la vinificación y la etiqueta de vino orgánico utilizada en su mercado global.

SUE: Norma de SENASA en equivalencia con la Unión Europea. Aplica tanto para el mercado interno argentino como también para la Unión Europea en el caso de los viñedos. Para certificar esta norma se debe transitar un periodo de transición de 3 años (3 cosechas) para ser considerado full orgánico. Cubriendo requisitos específicos, una finca puede solicitar el acortamiento de su producción que, en caso de conseguirla, solo tendría que pasar por un año en vez de tres.

Para bodegas, solo cubre el alcance del mercado interno y para poder exportar a la Unión Europea se requiere de la equivalencia EEQ.

IFOAM: fue la primera norma de orgánicos en el mundo. Si bien no abre un nuevo mercado a nivel país, sí es una certificación muy reconocida en los mercados europeos más exigentes como una cualidad más de calidad en un producto orgánico certificado.

NOP: Norma orgánica para Estados Unidos. Si los vinos tienen sulfitos solo se pueden etiquetar como “Vino hecho con uvas orgánicas”, no puede figurar en la etiqueta “vino orgánico”. No requiere periodo de transición obligatoria para la producción primaria mientras se demuestre que en los últimos tres años no se hicieron aplicaciones prohibidas en la norma.

NOP/COR: Es la norma estadounidense en equivalencia con la norma orgánica canadiense. Esta equivalencia se solicita cuando se certifica NOP para poder vender vinos orgánicos en el mercado de Canadá.