La vid es el hospedero principal de Lobesia botrana (polilla de la vid), una plaga que se ha expandido de manera veloz. Este insecto tiene varias generaciones por temporada. La primera generación ataca a las inflorescencias y las siguientes (2 o más) a las bayas. Además de generar una disminución en la producción, perjudica la calidad, fundamentalmente porque las heridas dejadas por los gusanos favorecen el desarrollo de hongos como Botrytis. También produce daños económicos indirectos porque ocasionan trabas a la exportación a ciertos destinos.

Chile, a través de su Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), implementó en la temporada pasada la estrategia 2015-2016 para el control de Lobesia botrana, un estrecho trabajo público/privado que se desarrolló gracias a la participación activa de los gremios productores y exportadores vitivinícolas y frutícolas, incluyendo la agroindustria, asesores y académicos.

En la temporada 2015-2016, Chile se valió de una estrategia basada en cinco pilares principales: vigilancia con trampas de feromonas, control en áreas rurales y urbanas, fiscalización, difusión e investigación.

Es interesante destacar la importancia que se le dio a la confusión sexual para suprimir o erradicar la plaga. Los confusores sexuales emiten feromonas en forma controlada que son captadas por el macho de la polilla de la vid, el cual no puede distinguir entre estas feromonas y las de las hembras. Esto causa que al macho le cueste encontrar y fecundar a la hembra y consecuentemente la población disminuya.

Monitoreo

El programa del SAG buscó establecer una red de vigilancia para conocer cómo se distribuye la Lobesia y sus niveles poblacionales. De hecho, es gracias a monitoreos de este tipo, realizados en años anteriores, que pudieron delimitar diferentes zonas.

Básicamente, destacaron dos regiones principales: una de contención, con el objetivo de reducir las poblaciones de la plaga; y otra de erradicación, con el fin de erradicarla en el mediano plazo. Dentro de dichas zonas fueron delimitadas áreas reglamentadas y de control, que abarcaron las superficies en donde fueron detectados brotes de la plaga.

La vigilancia se realizó en vid, ciruelo y arándano, aunque también en otros cultivos como cerezo, duraznero, manzano, olivo y peral para explorar la situación de la plaga. Para monitorear la plaga se usaron trampas de feromonas, y la densidad a la que se colocaron fue mayor en zonas de erradicación que en zonas de contención. Además, las trampas en las zonas de erradicación se revisaron al menos cada 10 días, mientras que las de las zonas de contención cada 15. Las trampas ubicadas en zonas urbanas abarcaron áreas mayores, en especial las de las zonas de contención. En el caso de la vid las trampas funcionaron desde el principio al fin de la temporada.

Control

El control en áreas rurales se llevó a cabo en superficies que abarcaron 500 metros alrededor de cada punto que dio origen al brote. La vid, por su carácter de hospedante primario de la Lobesia, fue de control obligatorio desde la región de Atacama, hasta la de Copiapó. En algunas zonas y situaciones también fue obligatorio el control de la plaga en cultivos de arándano y ciruelo, los que son hospederos ocasionales.

Las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso y Biobío son las que integraron la zona de erradicación. El SAG dispuso de emisores de confusión sexual (ECS) para cubrir 3.000 ha. Las fincas seleccionadas por el SAG para la entrega de ECS debieron realizar control químico obligatorio en las tres generaciones de la plaga. De esa manera se buscó complementar la técnica de confusión sexual para intentar eliminar la plaga en un futuro relativamente cercano.

Los productores que estuvieron dentro del área de control de la zona de erradicación de la plaga, pero en la que esta no había sido detectada, pudieron usar ECS sin necesidad de hacer control químico, pero tuvieron que pagar ellos a los ECS. Pero si esos productores no hicieron control con confusión sexual, debieron realizar control químico en las tres generaciones de la plaga.

Las regiones Metropolitana, O´Higgins y Maule integraron la zona de contención y dispusieron de ECS para cubrir 27.000 ha. Estos dispositivos se instalaron teniendo en cuenta la incidencia de la plaga de las dos temporadas anteriores.

Es interesante destacar que 20.000 ha se cubrieron con el original sistema 1+1. Esto significa que por cada ECS que el SAG entregó, el productor tuvo que comprar otro. En otras palabras, los ECS que el SAG entregó y que tenían capacidad para cubrir 10.000 ha, con el programa 1+1 cubrieron 20.000 ha gracias al aporte de los productores.

Todas las fincas de la zona de contención seleccionadas por el SAG para recibir ECS debieron hacer control químico pero solo durante la primera generación del insecto. En las fincas que estaban dentro del área de control de la zona de contención de la plaga, pero no habían sido seleccionadas por el SAG para entrega de ECS, los productores pudieron usar ECS sin necesidad de hacer control químico, pero tuvieron que pagar ellos a los ECS. Pero si esos productores no hicieron control con confusión sexual, debieron realizar control químico en las tres generaciones de la plaga. Cabe aclarar que en estos casos el SAG también es quien fijó los momentos o periodos de aplicación y los productos y dosis autorizadas para tal fin.

La posibilidad de aplicar la confusión sexual como única herramienta de control se debió a experiencia tanto chilena como de otros países que han demostrado que es una herramienta efectiva, especialmente cuando se usa por varias temporadas.

El control en fincas estuvo complementado con otro tipo de control; el urbano. Para disminuir la presión de la plaga desde ciudades o pueblos hacia las fincas de alrededor, se instalaron ECS tipo Isonet L–Ring. En total cubrieron 9.000 ha de áreas urbanas, 3.000 más que el año anterior.

Para hacer efectivo el sistema, tanto los productores como los proveedores de ECS debieron seguir una normativa específica. El SAG tuvo a su cargo también la tarea de fiscalizar y en caso de incumplimientos multar y sancionar.

Otras medidas

Además de la vigilancia a través de trampas de feromonas y de control rural y urbano, tres estrategias más formaron parte del Programa Nacional de Lobesia botrana en Chile. Una de esas estrategias estuvo relacionada con medidas de cuarentena. Por ejemplo, para mover fruta destinada al mercado interno chileno, ya sea para consumo en fresco o para industrialización, los productores dentro de áreas reglamentadas debieron solicitar una prospección de liberación pre-cosecha y de acuerdo con los resultados cumplir con medidas y en las zonas de erradicación, si no se detectaron estados inmaduros vivos de la plaga al momento de la cosecha, el SAG emitió un certificado de libre movimiento de fruta. Pero si se encontraron dichos estados, la fruta tuvo que ser sometida a un tratamiento de fumigación con Bromuro de Metilo o debió ser industrializada. También hubo un estricto sistema de fiscalización de maquinarias y controles en rutas.

Otra estrategia estuvo relacionada con la ejecución de un plan comunicacional de difusión. Para hacer efectivo el programa, el SAG dispuso de diversas herramientas de comunicación como sitios web, publicaciones en los medios, correos masivos, charlas informativas y folletos.

Por último, la otra gran estrategia del programa estuvo en gran parte relacionada con la supervisión y el apoyo al Plan de Investigación Nacional liderado por Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA).

Costo de la estrategia y resultados

El programa de control fue priorizado por el Ministerio de Agricultura de Chile y el SAG y se destinó un presupuesto aproximado de US$ 17.000.000 a la implementación de la estrategia, según confiaron desde el SAG al Observatorio Vitivinícola Argentino. Es importante destacar que a este monto se le deben adicionar los gastos en los que incurren los productores para el control de la plaga, ya sea a través de confusores sexuales, productos químicos, o ambos.

Los resultados obtenidos se vieron reflejados en un 77% de disminución de capturas en adultos a nivel nacional. Las bajas más significativas fueron en las regiones con mayor presencia de la plaga (Metropolitana, O’Higgins y Maule). Desde el SAG destacaron la relevancia de continuar con la estrategia establecida para que los resultados sigan mejorando en el futuro.

[caption id="attachment_7988" align="alignnone" width="640"]Lobesia Fuente: Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).[/caption]
Fuentes
http://www.sag.cl/sites/default/files/estrategia_2015-2016_sag.pdf
http://www.agromeat.com/172308/11-la-formula-con-que-buscaran-combatir-la-lobesia-botrana-en-la-region-de-ohiggins
http://www.agromeat.com/171250/lobesia-botrana-sag-realizo-llamado-a-la-comunidad-para-que-facilite-instalacion-de-confusores-sexuales-en-aconcagua
http://www.agromeat.com/170899/estrategias-y-control-de-lobesia-botrana-para-la-temporada-2015-2016
http://www.agromeat.com/169769/piden-tratar-en-el-senado-la-ley-para-erradicar-la-polilla-de-la-vid
http://www.agromeat.com/166396/programa-lobesia-2014-no-pudo-contener-la-poblacion-de-la-polilla-de-la-vid-en-la-region
https://viejaweb.senasa.gov.ar/Archivos/File/File3611-proyectolobesia.pdf
http://www.iscamen.com.ar/?page_id=922
http://www.agromeat.com/169769/piden-tratar-en-el-senado-la-ley-para-erradicar-la-polilla-de-la-vid
https://viejaweb.senasa.gov.ar/Archivos/File/File3290-listado-preguntas-frecuentes.pdf