Por: Jorge A. Day. En: AMERICAN ASSOCIATION OF WINE ECONOMISTS. AAWE WORKING PAPER No. 184. Octubre 2015 Los vinos de mesa no “brillan” tanto como el Malbec en la industria vitivinícola Argentina, sin embargo representan dos tercios del vino producido en el país. Un indicador económico clave de este producto es el precio del vino de traslado. Un productor de uva tiene dos alternativas sobre qué hacer con su uva: la puede vender o puede elaborar vino de traslado, el cual después vende a una bodega más grande. En consecuencia el precio del vino de traslado es un referente de los ingresos de los viticultores y de las pequeñas bodegas. En los últimos 5 años este precio ha sido muy bajo, lo que ha derivado en una gran presión social sobre los gobiernos de las provincias vitivinícolas para que lo eleven, ya sea mediante la restricción de la oferta de vino o a través de la compra de vino. ¿Por qué es tan bajo el precio? Desde una perspectiva sectorial existe superproducción, con el consecuente incremento de los stocks. Esta hipótesis se ve reforzada por la disminución del consumo interno de este producto, situación que sucede en otros países productores de vino. Sin embargo existe otra perspectiva, la de una crisis. Durante un lapso de más de tres décadas este precio de referencia ha alcanzado sus niveles más bajos en las épocas de recesión de la Argentina. Después de un tiempo, con la recuperación económica, el precio ha aumentado fuertemente. Este estudio mostrará en números los dos impactos (de sobreproducción y recesión) en el precio del "vino a granel" en el caso argentino. Dada la relevancia de este precio para el productor vitícola, el estudio analizará la evolución de la participación del productor en el precio final del vino (que pagan los consumidores). En estos años de precios bajos, los productores se han quejado porque su participación es cada vez más baja y hay una cuestión de si este fenómeno es una tendencia observada en el tiempo. Informe en ingles