Por Ings. Agr. Laura Abraham, Inés Lillo y Laura Alturria. Universidad Nacional de Cuyo. Facultad de Ciencias Agrarias. (Mendoza, Argentina, 2102)

En Argentina la producción orgánica está regulada mediante la ley 25.127 promulgada en setiembre de 1999. Entre los criterios que se aplican en este tipo de manejo cabe destacar la prohibición del uso de productos de síntesis químicas (fitosanitarios en general), excepto algunos fungicidas como el azufre y los compuestos de cobre. También se permite el uso de abonos orgánicos siempre que se cumpla con la restricción de no superar los 170 kg de nitrógeno por ha al año. En estos sistemas también se fomenta la biodiversidad de especies, el control natural de plagas y el manejo integrado con el concepto de intervenciones mínimas y el equilibrio del agroecosistema.
El impacto ambiental de un cultivo orgánico es menor que en un cultivo convencional ya que se utiliza menos cantidad insumos contaminantes y se protege el suelo y la diversidad de especies.
A nivel mundial Argentina es el segundo país con mayor superficie cultivada certificada bajo la normativa orgánica con 3.600.000 ha, en primer lugar figura Australia con 12.000.000 ha (IFOAM, 2012). Si bien gran parte de esta superficie certificada en Argentina está destinada a ganadería orgánica (93%), también son importantes los cultivos frutales y que se destinan a industria como caña de azúcar, uva para vino y jugo concentrado (SENASA, 2012).
Según el último relevamiento realizado por el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina), en el 2012 la superficie con certificación orgánica en la provincia de Mendoza era de 3.744 ha, de las que aproximadamente 2.551 ha eran de viñedos orgánicos. Esto representa cerca del 1% de la superficie total cultivada con vid en la provincia. Le siguen en superficie cultivada con viñedos la provincia de San Juan con 1.013 ha y La Rioja con 493 ha de viñedos orgánicos.
En el caso de bodegas, se registraron para el 2012, 55 bodegas que trabajan bajo seguimiento orgánico, de las cuales 38 están en Mendoza, 8 en San Juan y el resto se encuentran en Salta (3), Río Negro (3), Catamarca (2) y La Rioja (1) (SENASA, 2013).